Uma’s Story

Por Jillian Cassidy

7 de marzo de 2009

Quiero escribir nuestro testimonio aunque me resulta difícil encontrar un comienzo, me resulta difícil porque acabo de dar el pecho a nuestra hija de cinco semanas, Miah. Miah es la hermana pequeña de Uma. Uma ahora tendría 14 meses, nació sin vida el 30 de diciembre del 2007. Esta todo tan cercano y por eso me resulta difícil separar, ubicar. Con lo cual me he propuesto hacerlo sin intentar separar ni ubicar, simplemente contar.

Uma

Uma llego a nuestras vidas durante unas vacaciones en Menorca. Yo deseaba quedarme embarazada aunque Juan y yo llevábamos poco tiempo juntos. El ya tiene una niña, Olivia, pero los dos teníamos muy claro que queríamos tener hijos juntos, yo como siempre más impaciente. Bueno pues Uma llego a mi vientre. Recuerdo pasar su primer día en mi vientre en una playa de Menorca, jugando con Olivia. Es esa misma playa donde llevamos sus cenizas, justo un año después.

El embarazo de Uma fue un poco complicado en principio, tuve sangrados un par de veces e incluso lo que se llamó en el hospital “amenaza de aborto”. Pero con descanso a partir del cuarto mes todo iba bien. Mi familia estaba emocionada, la primera nieta, la primera bisnieta. No quisimos saber si era niña o niño, le llamamos Cosita. Olivia esta encantada con la idea de tener un hermanito o hermanita.

Planeamos un parto en casa, nos parecía la mejor idea para nosotros, para la llegada de Uma al mundo. Su fecha probable de parto era el 6 de enero, regalo de reyes nos decía todo el mundo!

En la cena de noche buena Uma se movía mucho, había venido mi familia de Irlanda y estábamos celebrándolo, yo ya tenía un barrigón. El día de navidad me parecía que se movía poco pero tampoco nos preocupamos, había días que ella estaba más tranquila. El día 26 mi familia se fue y nosotros tuvimos visita en casa de las matronas. Llevaban el doppler y escuchamos su corazón, se oía bien. Seguíamos con pocos movimientos. El 28 por la noche le pedí a Juan que escuchara su corazón, y lo oyó, nos acostamos. En algún momento de esa noche me desperté, estaba algo intranquila pero a su vez en ningún momento se me pasaba por la cabeza que pudiera pasar algo, estábamos al final, no? Recuerdo en algún momento sentir un gran aleteo en la tripa. También recuerdo que al cambiar de lado sentía que la barriga pesaba más, que estaba laxo. Cuando nos despertamos el día siguiente decidimos irnos al hospital pero simplemente para quedarnos tranquilos de que nuestro bebé estaba bien. En urgencias el chico que me atendía me subió a planta sin realmente decirme nada en concreto, no quería adelantar acontecimientos supongo. Allí le dije que me dijera donde me llevaban porque necesitaba decírselo a Juan. Me llevaron a la maternidad del hospital donde me pusieron un registro para ver si escuchaban algo. En ese momento todavía no me imaginaba que pasaba, sabia que algo iba mal pero no que Uma yacía muerta en mi tripa. Me llevaron a otra sala, me hicieron una eco vaginal, yo les decía que si no iban a romper la bolsa, recuerdo la mirada de una enfermera tipo “no se ha enterado todavía” llamaron a un ginecólogo y dejaron a Juan entrar. En la cara de Juan vi reflejada la mía, mi corazón, mi alma. Llegó el ginecólogo, me miró y nos dio la noticia “su corazón no late”. No le creíamos, al final nos tuvo que enseñar la pantalla donde se veía su corazón quieto sin movimiento alguno. Me dijeron que sería un parto vaginal y nos dejaron solos para preparar una habitación. En ningún momento nos hablaron de que opciones había, que si queríamos contactar con algún familiar que si nos queríamos ir a casa y volver cuando mi cuerpo hubiera empezado a reaccionar, nada. No hubo lágrimas, estábamos en un estado de shock.

Nos llevaron a una habitación que estaba al lado de los paritorios, en el tiempo que estuvimos allí oímos nacer a varios bebés. A mi lo que más me perturbó era oír el registro del corazón de un bebé durante más de 20 minutos. Aunque ahora, sabiendo de más casos tuvimos la suerte de estar solos, hubo luz natural e incluso había una especie de camilla donde Juan pudo dormir algo. En un tiempo de 3 o 4 horas tenia puesto una vía con oxitocina, una epidural, me habían administrado buscapina y me habían roto la bolsa. Mayoritariamente fueron agradables, algunos más que otros. Tuvimos una discusión con la anestesista porque yo quería que Juan se quedará conmigo mientras me ponían la epidural “pues si usted se desmaya nadie le va a recoger del suelo” fue la respuesta. Sé que los protocolos son los protocolos pero hay situaciones que hay que ser más flexible. Mi cuerpo tardó casi 24 horas en reaccionar, estoy convencida de que hasta que mi mente asimilara lo que estaba pasando no había manera, hasta que Juan y yo lloramos juntos nuestro bebé no se iba.

Hubo una matrona que nos animaba mucho así que decidimos hablar con ella para saber como hacer para estar con nuestro bebe después del parto. Mi hermano nos había traído la cámara polaroid para hacerle algunas fotos. En nuestra casa usamos mucho ese formato de foto y teníamos un carrete guardado especialmente para cuando llegase Uma al mundo. La matrona nos habló de cosas terribles si ves a tu hijo muerto, cosas que en sus “32 años de experiencia” había visto; problemas para concebir en el futuro, abortos. Problemas psicológicos, nos dijo que unos padres jamás superarán ver a su hijo muerto que era mejor guardar la imagen que teníamos en la cabeza de cómo iba a ser nuestro bebé. Yo le pregunté de cómo estaría físicamente y su respuesta textual fue “ni voy a entrar en eso” Uma ya llevaban 36 horas sin vida dentro de mi y yo entendía que estaría en un estado terrible, no sabia que estaría prácticamente perfecta. Nos dijo que si el padre quería verla por ley ella estaba obligada a enseñárselo pero a mi no me lo iba a enseñar. Entre nuestro estado de shock, ignorancia, yo tenia miedo de que me separasen de Juan si discutíamos y que de alguna manera confiamos en esta mujer, “decidimos” no verla lo pongo así porque en realidad no creo que fue una decisión tomado entre espada y pared. Le pedimos que por lo menos nos dijera si era niño o niña.

Cuando toco entrar en paritorio me propuso un tipo de sedante, me sigo avergonzando de haberlo aceptado, en ese momento creía que el parto iba a ser la cosa más horrible. Juan entró conmigo pero prometiendo no mirar. Me taparon las piernas y con la matrona encima de mi tripa Uma se deslizo de mi cuerpo en menos de 10 minutos. Nos dijo que era una niña y tenía cuatro vueltas de cordón. Sé que la envolvieron en unos empapadores y al salir del paritorio vi un pequeño montoncito en un lado. Todavía me pregunto porque no insistí, porque no me puse a gritar que quería ver a mi bebe. Sigo llorando cuando pienso en ese momento, sigo teniendo que pedirle perdón a Uma por no haber luchado por verla.

Dormimos esa noche en el hospital, recuerdo pensar varias veces en pedir verla pero me daba miedo a que su cuerpo estuviese frío. Juan tuvo que arreglar todos los papeles, se encontró con gente incompetente y tardamos bastante en salir de allí. Decidimos pedir una autopsia, no fue una decisión fácil pero llegamos a ello después de hablarlo mucho. Tuvimos el primer contacto con la burocracia cuando vimos en los papeles del hospital “feto hembra de Jillian Cassidy”. Después de todo por lo que habíamos pasado eso era como añadir leña al fuego. Nos partió el corazón y nos indignó.

Salimos del hospital al día siguiente, el 31 de diciembre 2007. Al día siguiente me desperté y supe que necesitaba algo que me demostrara que ella era real. Llamé a patología y por suerte dí con un chico muy majo. Le pedí entre lágrimas que por favor nos hicieran sus huellas que necesitaba verlas. Nos hizo la huella de su mano y pie derechos.

Allí esta la huella de la mano de Uma, símbolo de nuestra pagina Web. Hay un mudra indio que es la mano derecha así abierta, significa “sin miedo”. Al llegar a casa comenzamos a ver por Internet todo el apoyo que hay en otros países, la manera de abordar este tipo de muerte, empezamos a ver que había un vacío enorme en España y comenzó a germinar la idea de hacer algo y de allí nace Umamanita.

Ha pasado algo más de un año, la rabia que tenia a aquella matrona ya no está, me doy cuenta de que lo que hizo lo hizo con buena intención pero nos dio su opinión personal, no profesional y que tampoco tenia una formación adecuada, sobre todo actualizada, se que hace años si era cierto que a los padres les obligaban a ver al bebé fallecido y a la madre se lo negaban. Si a los profesionales no se les actualiza su formación como van a saber nuevas maneras de tratar este tipo de muerte. También es cierto que hay profesionales que sí se actualizan por si mismos, por propia iniciativa, como las matronas del hospital Donosti por ejemplo.

Uma nos ha dado una fuerza enorme y de alguna manera siento que las cosas no pueden ser de otra manera, sino quizás Miah no estaría aquí, no existiría Umamanita, nosotros seríamos diferentes. A veces me entristece que Miah no conocerá a la Jillian de antes, que su madre siempre tendrá una parte de su corazón en otra parte pero se que la madre que tiene ahora le aprecia de una manera especial.