En esta página hemos preparado información sobre la vivencia del duelo tras la muerte de un bebé en cualquier momento del embarazo o después del parto. Incluye varios tipos de pérdida o muerte, tales como la muerte neonatal, la muerte intrauterina a partir de 22 semanas (a veces llamado muerte fetal) o antes (a veces llamado aborto espontaneo o pérdida gestacional), embarazos ectópicos, molares y anembrionadas, además de la interrupción del embarazo por motivos médicos.

Antes de nada, es importante tener en cuenta que el duelo varía mucho entre personas y no existen patrones “normales” con los que conformarse, a pesar de que, a menudo, los entornos familiares y la sociedad quieren que los dolientes se recuperen de forma rápida y pasar página.

Sobre todo, para las personas en duelo, el apoyo de la familia y amigos es clave, especialmente la oportunidad de hablar de lo sucedido y tener un lugar para el fallecido en el entorno social.

Aparte de la información en esta página puede que te interesen también las páginas Al llegar a casa, Apoyando a madres/padres en duelo o leer las diversas experiencias de otras familias que se puede encontrar en nuestra página de Testimonios.

El duelo

Cuando se muere tu bebé te surgirán muchos sentimientos y emociones confusos. Estos sentimientos vienen de lo que se llama el duelo. Es probable que haya síntomas físicos y emocionales. Son sentimientos completamente normales y también necesarios para superar la muerte de un bebé y pueden durar bastante tiempo.

Intenta recordar que hay una razón para el duelo: el duelo ayuda a aceptar la muerte de tu bebé. Esto no quiere decir que vivir este proceso hará que olvides, simplemente te ayudará a recuperarte poco a poco y en algún momento mirar hacia el futuro con esperanza y ánimo.

Vivir el duelo es algo muy personal, no hay dos personas que lo viven igual. No compares con otros duelos o cómo otras personas han superado la experiencia de perder su bebé.

recuerdo cuando alguien me dijo que tenía que darme tiempo para vivir el duelo y yo me preguntaba cómo se hacia eso, si lloraba lo suficiente, si debería estar peor o mejor, hasta que me di cuenta de que no hay reglas, no hay referencias, es algo completamente personal

Una de las cosas más difíciles después de la muerte de un bebé es la sensación de soledad. También es difícil aceptar cómo reaccionan algunas personas. Algunas personas piensan que, al no haber conocido a tu bebé, no tienes que sentirte triste por su pérdida. Mientras ellos siguen con su vida tú sigues acordándote de que tu bebé no está contigo.

El duelo se compone de muchos sentimientos, estos son algunos de los principales aunque no siempre se sienten todos ellos ni tampoco en el orden en que los exponemos aquí. Todos estos sentimientos son completamente normales.

SHOCK: Al recibir la noticia de que tu bebé ha muerto o que va morir puede que entres en un estado de shock. Lo que estás escuchando parece mentira y pasas de la negación a buscar razones lógicas de por qué está pasando esto.

RABIA: Quizás sientes que estás enfadado con el médico que te ha atendido o que te ha dado la mala noticia. Enfadado contigo mismo o con tu pareja. Enfadado con el bebé. Es normal sentirlo y no pasa nada, es un sentimiento que puedes experimentar.

CULPABILIDAD: Es normal sentirte culpable y preguntarte una y otra vez qué hubieras podido hacer para evitarlo. Quizás recuerdas cosas que pasaron durante el embarazo y piensas si eso podría ser la razón de la muerte de tu bebé.

TRISTEZA: Acompañando la sensación de vacío está la tristeza. Es normal que llores y llores la muerte de tu bebé. Quizás no llores hasta llegar a casa o después de su funeral. Hay padres que tardan en llorar. Llorar es normal y muy bueno, ayuda a soltar todo lo que tienes dentro.

Volver a casa después de la pérdida de un bebé

Llegar a casa con los brazos vacíos es una sensación desconcertante; por un lado, salir del hospital es un alivio, alejarse del lugar donde te despediste de tu bebé o que sólo te trae malos recuerdos pero, a su vez te alejas más de tu bebé, la despedida es definitiva. Llegar a casa sin tu bebé es quizás uno de los momentos en los que empiezas a darte cuenta de la magnitud de todo lo que acaba de ocurrirte. Hay padres que les gusta que haya alguien de la familia con ellos, otros que prefieren estar solos, enroscarse juntos en la cama o en el sofá y simplemente estar. Quizás, para los hombres, estos momentos a solas con su pareja les da la oportunidad de llorar o expresar lo que sienten. Hay muchos hombres que por cultura, por no saber, por vergüenza o por la presencia de familiares… no expresan todo lo que sienten.

Es importante intentar comer bien y cuidar tu salud. Aquí la familia o los amigos pueden ayudar, muchos padres no quieren ir a la tienda de la esquina a encontrarse con gente conocida que pregunta por el bebé. Familia o amigos pueden preparar la comida o ir a la farmacia si hace falta algo. Si puedes, pide lo que necesitas a tu familia o a tus amigos, estarán allí para apoyarte y ayudarte. A algunos padres les ayuda realizar pequeñas tareas por sencillas que sean como preparar la comida, regar las plantas, barrer, hacer cosas que no requieren esfuerzo pero que de alguna manera hacen que uno sienta que controla su vida ya que implican tener la mente ocupada durante un ratito.

“había cosas que teníamos planeado hacer después del nacimiento de nuestra hija, cuando llegamos a casa sin ella decidimos que queríamos hacerlas igualmente, que no queríamos cortar de raíz todo lo que tenía que ver con ella”.

Si tienes más hijos tendrás que atenderlos, si puedes apoyarte en tu familia y amigos serán de mucha ayuda. También es probable que tengas que responder a sus preguntas (ver la página sobre El Duelo y la sección que trata con cómo hablar con otros hijos.

Es posible que haya cosas de tu bebé en casa, una habitación preparada, su ropita o regalos. A algunos padres se les hace muy duro encontrarse con todas estas cosas, a otros les reconforta tenerlas y les ayuda a llorar, recordar y hablar de su bebé. Algunos prefieren deshacerse de todo lo antes posible, otros guardarlo para un siguiente bebé, otros esperar a ver lo que sienten con el paso del tiempo y decidir más adelante lo que quieren hacer con todo. Quizás es mejor no tomar decisiones radicales sobre sus cosas, igual más adelante te apetece tener algún recuerdo suyo (ver capítulo Crear una memoria).

Aunque haya muerto tu bebé, tu cuerpo sigue funcionando y tendrás los mismos síntomas que tiene cualquier mujer que haya dado a luz.

Tendrás un sangrado post parto que puede durar varias semanas. En principio necesitarás usar compresas de algodón, cambiándolas cada pocas horas. Con el paso de los días la cantidad debe disminuir y el color del sangrado se torna más marrón que rojo. Si ves que al hacer mucho esfuerzo físico el sangrado aumenta en cantidad pon los pies en alto y descansa. Si después de varias horas de descanso la cantidad sigue aumentando y el color vuelve a ser rojo vivo contacta con tu médico. Si has tenido episiotomía es probable que estés algo dolorida mientras los puntos se curan, los baños con sal pueden aliviar, compresas de algodón empapados en infusiones de tomillo y cola de caballo y congelados son de un gran alivio.

Quizás en el hospital te hayan dado unas pastillas para cortar la subida de la leche. Es habitual que a los 3 o 5 días después de tomar estas pastillas la leche sube igual. Hay diferentes opiniones acerca de qué hacer cuando esto ocurre. Se recomienda llevar un sujetador que contenga el pecho pero no lo oprima y vaciar el pecho hasta sentir alivio.

Es muy común sentir las patadas de tu bebé, durante el embarazo una madre se acostumbra a sentirlas. No te asustes por eso.

Tu estancia en el hospital será más prolongada si te han hecho una cesárea. Estarás dolorida físicamente y necesitarás más descanso. Es importante ir al ginecólogo después de pasar la cuarentena. Posiblemente te resulta difícil volver al hospital donde pasó todo, más aún si el trato que recibiste no fue muy bueno, a veces las cosas parecen más difíciles de lo que son; de cualquier manera si no te sientes bien volviendo al hospital habla con tu médico de cabecera, puede que haya alguna alternativa. La sensación física de haber parido y no tener a tu bebé contigo es algo muy extraño y difícil de explicar, hay madres a las que les desconcierta mucho su estado físico, no queriendo darse el tiempo necesario para recuperarse del embarazo y de haber dado a luz.

sentía que lo único que me quedaba era este cuerpo atrofiado, sin mi bebé en brazos no tenía razón/excusa para estar así”.

Es muy normal que uno o ambos tengáis ganas de quedaros embarazados de inmediato. No hay una fórmula perfecta sobre cuánto se debe esperar, es una cosa muy personal; sólo tú y la naturaleza sabéis cuando es el momento idóneo. No obstante se recomienda esperar, por lo menos, hasta haber tenido el primer periodo y un mínimo de 3 meses para dejar que el útero se recupere.

El duelo y la pareja

Aunque no se puede generalizar sobre el duelo, siendo una cosa tan personal, hay muchas diferencias entre el padre y la madre a la hora de vivir la pérdida de vuestro bebé. Las mujeres necesitan poder llorar y estar tristes, necesitan expresarse y ser reconocidas. Por otro lado, los hombres aunque se sienten igual de tristes y desamparados a veces ponen sus emociones a un lado para poder sobrevivir el mal momento, concentrándose en el trabajo o en el futuro. La cultura occidental tampoco ayuda ni apoya a que el hombre llore o exprese sus sentimientos.

Muchos hombres se encuentran en la situación de tener que volver al trabajo, donde es posible no encontrar mucha comprensión de sus compañeros o jefes.

cuando me encontraba con gente solían preguntar por mi pareja, como si yo no tuviera nada que ver

Un padre

Al recibir la baja por maternidad muchas mujeres se encuentran en casa con el constante recuerdo de que el bebé que esperaban no está, que el futuro que había planeado se ha roto. La pérdida de un bebé es física y emocionalmente intensa para la madre.

En un momento en que la pareja necesita sentirse más unida que nunca se pueden encontrar en situaciones enfrentadas debido a las diferentes maneras de vivir el duelo. Puede ser que por sentirte frustrado/a, triste, enfadado/a te lleve a discutir con tu pareja, es la persona que más entiende por lo que estás pasando y, por lo tanto, es la persona que a veces recibe esa negatividad. Aunque hay momentos en que necesitamos desahogarnos con personas ajenas, también debemos contar con nuestra pareja, manteniendo la costumbre de hablar y expresar lo que sentimos.

El duelo y el sexo

El duelo afecta a todos los aspectos de la vida, eso también incluye el sexo y las relaciones sexuales. Vemos, pues, que las relaciones sexuales después de la muerte del bebé pueden ser el foco y fuente de muchos conflictos en la pareja, aún así, es un tema que en pocas ocasiones se tiene en consideración por parte de los apoyos ofrecidos por profesionales o especialistas (es un tema íntimo y es uno de otros tantos factores afectados).

El duelo afecta a todos los aspectos de la vida, eso también incluye el sexo y las relaciones sexuales. Vemos, pues, que las relaciones sexuales después de la muerte del bebé pueden ser el foco y fuente de muchos conflictos en la pareja, aún así, es un tema que en pocas ocasiones se tiene en consideración por parte de los apoyos ofrecidos por profesionales o especialistas (es un tema íntimo y es uno de otros tantos factores afectados).

El duelo afecta a todos los aspectos de la vida, eso también incluye el sexo y las relaciones sexuales. Vemos, pues, que las relaciones sexuales después de la muerte del bebé pueden ser el foco y fuente de muchos conflictos en la pareja, aún así, es un tema que en pocas ocasiones se tiene en consideración por parte de los apoyos ofrecidos por profesionales o especialistas (es un tema íntimo y es uno de otros tantos factores afectados).

Es posible que la pareja se pueda encontrar en momentos aparentemente opuestos o diferentes. Las necesidades de cada uno de los miembros de la pareja pueden ser disímiles durante el proceso del duelo (a nivel emocional y físico): quizás, por tanto, a uno le apetece hacer el amor y para el otro esto es inconcebible.

Vemos, también, que hacer el amor está estrechamente vinculado con la idea de “crear vida”, hecho que puede generar rechazo o un sentimiento de traición al bebé que se ha perdido. Asimismo, hay momentos del coito que pueden llegar a recordar a la madre la etapa del embarazo y, más concretamente, el momento del parto, pudiendo generar un malestar muy significativo al mantener relaciones.  

Por lo cual, físicamente, se deberá intentar descoitocentrar y desgenitalizar las relaciones íntimas. Focalizando la atención en la estimulación de otras zonas corporales y cuidando el vínculo íntimo poco a poco. De esta forma, y al ritmo que sea adecuado para cada pareja, se podrá recuperar la comodidad a nivel íntimo y la satisfacción sexual.  

Estas emociones derivadas del sexo no tienen por qué ser fijas o inamovibles. Debemos saber que la sexualidad cambia a lo largo de la vida y según las etapas y momentos vitales de una persona o pareja. Se debe comprender, por tanto, que en una mujer la sexualidad pueda cambiar a consecuencia de la muerte de su bebé. 

Para poder afrontarlo en pareja, se debe mantener una buena comunicación y permitirse un lugar para expresar las emociones y sentimientos, miedos, necesidades y deseos de cada uno. Siempre considerando los tiempos de recuperación de cada miembro y respetándolos bidireccionalmente. El vínculo comunicativo y la sinceridad que se establezca en la pareja será esencial para ayudar a la superación de estas emociones o bloqueos que se puedan producir.

Hay muchas parejas que comentan que después de la pérdida de su bebé ellos, sus vidas y dinámicas han cambiado enormemente y que esto les ha podido fortalecer como pareja: sirviéndose con el apoyo mutuo nacido del diálogo y la comprensión.

Se debe tener en consideración que el duelo podrá generar cansancio a nivel emocional, pero también físico. Para mejorar la fatiga se debe prestar atención al cuerpo y cuidarlo, aumentando gradualmente su activación. Ya que es bien sabido que hay muchas repercusiones físicas a causa del duelo crean no solo una posible desgana sexual, pero también apetito escaso, indigestión, ansiedad y alteración del sueño entre tantas otras, estas áreas se deberán atender para apoyar la mejoría emocional y el estado de ánimo de cada uno.  

En caso de problemas de sexualidad prolongados, se puede contar con el apoyo de un sexólogo/a o profesional especializado. En la mayoría de los casos, con el tiempo se enmendará la problemática sexual a causa de la pérdida, pudiendo incluir ciertos cambios para re-equilibrar las relaciones físicas.

El duelo y otros hijos

En caso de que tengas otros hijos, es probable que te encuentres ante una situación muy emocional; Por un lado tendemos a querer proteger a nuestros hijos pero, a su vez, queremos que tengan un duelo sano. Aquí, lo importante es reconocer que los niños viven su duelo. Según las edades lo viven de una manera u otra y hay que respetarlo. No por protegerlos vamos a conseguir que eviten el duelo, al contrario, porque ante lo secreto, lo desconocido el niño/a puede tener muchas fantasías y/o miedos.

Los niños son excepcionales a la hora de aceptar la vida y la muerte y con frecuencia más que los adultos. Hay que ser lo más sincero y honesto posible con ellos. No necesitan oír cuentos de hadas, necesitan, en un lenguaje que corresponda a su edad, que les cuenten la verdad.

Hay que intentar evitar decir cosas que puedan confundir a los niños pequeños . Decir que el bebé se ha “dormido” puede hacer que pregunten cuándo se va a despertar o puede que no quieran dormirse por miedo a no despertarse. También ten cuidado con decir cosas como “perdimos al bebé” el niño puede preguntarse si se le puede encontrar o tener miedo a morir si se pierde. Las frases como “dios se la llevado” o “ahora está con el abuelo” deben usarse siempre y cuando primero hayamos explicado que el bebé ha muerto.

No debemos evitar la palabra muerte.

Algunos padres han usado la naturaleza como ejemplo, los animales y plantas, explicando que los bebés también pueden morirse.

Los niños pueden tener muchas maneras de superar la pérdida de un hermano, es importante observarles e intentar entender sus reacciones y estar preparados para sus posibles preguntas, por ejemplo:

  • ¿Dónde ha ido? Esto dependerá de las creencias de cada uno, a la mayoría de los padres les gusta definir lo que es el cuerpo que dejó de funcionar y el alma que permanece en el corazón de todos los que quieren a tu bebé.
  • ¿Es como estar dormido? No, no es como dormir porque cuando dormimos nuestro cuerpo funciona y está vivo , nuestro cuerpo deja de funcionar cuando morimos.
  • ¿Por qué ha muerto el bebé? La mayoría de los padres no saben por qué ha muerto su bebé y no pasa nada por contarle esto a tu hijo, ser honesto es mejor que inventarse algo.

Los niños pueden reaccionar de muchas maneras, dependiendo de la edad. No te sorprendas si nada más contarle lo sucedido a un niño pequeño éste vuelve a su juego. Quizás pregunte cosas más adelante, o quizás no. Hay que intentar darles espacio para expresar sus emociones y lo que sienten. Pueden pasar años antes de que un niño se dé cuenta de lo que ha pasado.

La manera en que reacciona un niño dependerá mucho de su edad. Los pequeños tienden a expresarse a través de juegos y dibujos. No te alarmes si tu hijo inventa juegos o cuentos como si su hermanito o hermanita estuviera vivo. Es bueno que se expresen y seguramente es lo que hubiera deseado hacer con su hermanito o hermanita.

“Cuando vimos que había escrito una carta diciendo que tenía una hermanita que sacaba a pasear; A pesar de la opinión de otros familiares que se alarmaron, nos alegramos de que expresara sus sentimientos. Sabíamos que era positivo y su manera de vivir su duelo”

Aunque nos cueste podemos dejar que los niños se involucren en todo la experiencia que es la muerte de su hermano/a. Si le dejamos, el niño/a nos guiará hacia lo quiere hacer.

No hay que temer que un niño vea a su hermanito o hermanita sin vida, siempre y cuando él o ella quiera; deja que tu hijo decida, dándole la información que necesite para entender qué significa ver a su hermana o hermano, explicándole que está muerto y explicando cómo es físicamente. Si hay malformaciones puedes cubrirlo con una mantita y puedes centrarte en las cosas “perfectas” del bebé. Por ejemplo puedes comentar que tiene una nariz parecida o que los pies/ manos son tan pequeños…

Si han conocido o no al bebé lo más probable es que tengan preguntas y habrá que explicarles las cosas más de una vez. No es fácil porque ningunos padres están preparados para una situación así.

Es una buena idea informar a los profesores o cuidadores de lo que ha pasado. Estaría bien que sintiera el apoyo de los mayores que tenga a su alrededor. Pueden ayudarte a observar las reacciones de tu hijo. Es posible que tu hijo se sienta incómodo a la hora de hablar de la muerte de su hermanito o hermanita o tener que explicar a sus amigos que lo que ha pasado le resulta difícil . Puede que sea la primera vez que su profesor haya tenido que afrontar esta situación con un alumno, si crees que puede ser de ayuda sugiérele visitar nuestra página u otras páginas web que puedes encontrar en la sección de Enlaces de Apoyo en el apartado de Enlaces.

A veces los padres se culpabilizan por hacer que su hijo o hijos tengan que vivir este duelo, como si les hubieran fallado y prefieren esconder su sufrimiento a su hijo. En realidad es mejor intentar expresar tus sentimientos a tu hijo o hijos, de alguna manera les estás enseñando que no pasa nada por llorar y expresar lo que sientes. También, de esta manera les das espacio para llorar si lo necesitan.

Por otro lado, es normal que los niños te hagan llevar un ritmo que en algunos momentos no te sientas capaz de seguir pero, a su vez, tu hijo te aportará una energía y una luz que sólo puede dar un niño.

La reacción de las niñas y los niños dependerá mucho de su edad. Aquí hay unas pinceladas sobre las distintas etapas de la vida de las niñas y los niños en relación a la muerte de un ser querido.

Menores de 5 años

Reaccionan más ante los sentimientos de los padres.
Pueden estar más apegados, llorones, no querer separarse, algún retroceso.
Intentar mantener la rutina habitual.
Darles seguridad, cariño.

De 6 a 8 años

Ven la muerte como algo temporal.
Pueden tener una idea mágica de la muerte por los dibujos animados.
Tener mucha curiosidad, hacer muchas preguntas.
Necesitan usar términos reales como Muerto o Muerte.
Pueden tener algún retroceso, miedo a dejar a los padres.
Necesitan sentirse seguros, mucho afecto.

De 9 a 12 años

Empiezan a entender la muerte como algo permanente.
Conscientes de su propia muerte y de la gente que aman.

Llorar más, ansiedad, no querer hablar.
Formando su concepto de la muerte, necesitan cariño y comprensión.
Dibujar, contar historias.
La muerte es algo real y personal.
Diferencian entre vivo y muerto.
Buscan permiso para demostrar sus emociones.
Participar en honrar al bebé.
Coraje, Culpa, Negación, Ansiedad.
El trabajo en la escuela puede empeorar.
Escucharles, necesitan pasar el duelo de manera sana.
Respuestas honestas.
Darles permiso para sentirse como se sienten.
Comparte su duelo.

Adolescentes

Entienden la muerte más como un adulto.
Se sienten inmortales pero entienden la fragilidad de la vida.
Tener comportamientos peligrosos.
Preocuparse mucho por la muerte.
Comunicación abierta.

Ayuda psicológica

Aunque hablamos mucho sobre la comunicación con la pareja también queremos comentar que si te encuentras en una situación en la que sientes que necesitas ayuda de un profesional, pídela. Los profesionales pueden ser de una ayuda enorme, pueden ayudar a tranquilizarte y hacerte ver que muchas cosas que sientes son normales ante la pérdida de tu bebé.

Otra opción que ayuda a muchas mujeres y sus parejas son los grupos de apoyo. Puedes encontrar información sobre grupos en España y América del Norte, Central y Sur en nuestra página sobre “Grupos de Apoyo al Duelo Perinatal”.