Muchas madres y padres describen la pérdida de un bebé como la peor experiencia de su vida, pero a menudo el entorno sociofamiliar reacciona con silencio, incomodidad e indiferencia. Esta incoherencia duele y confunde, agravando y empeorando un sufrimiento que ya es inmensamente difícil.

Desde la perspectiva de una madre o un padre que acaba de perder a su bebé, estas respuestas les comunican que sus sentimientos no son válidos, que se les está arrebatando la identidad de madre y padre que ya habían asumido y, por tanto, que si ellos no son madres y padres, tampoco sus bebés son hijos e hijas. El efecto es restarle el derecho a estar en duelo y recibir apoyo. El duelo es un proceso normal y si el entorno ignora la muerte de un hijo o el propio duelo, le estará negando poder vivir con normalidad.

Incluso cuando una madre o padre no ha llegado a asimilar su maternidad o paternidad o la identidad de su bebé, la comprensión y el apoyo también son necesarios: no significa que duela menos. En cualquier situación, la pérdida de un bebé es un acontecimiento muy importante en la vida de una mujer, pero durante demasiado tiempo ha sido invisibilizado y estigmatizado considerándose como ‘cosas de mujeres’.

En esta página ofrecemos algunos consejos sobre cómo dar un apoyo adecuado ante este tipo de muerte.

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Si estás buscando fuentes de apoyo para el duelo, las encontrarás en nuestro listado de grupos de apoyo.

¿Qué es el duelo y el duelo perinatal?

El duelo es una respuesta natural y saludable ante la pérdida de un ser querido, que también puede manifestarse ante otros tipos de pérdida –de un trabajo, una mascota o la ruptura de una relación, entre otros acontecimientos vitales.

Perder a un ser querido implica no solo una pérdida parcial de nuestra propia identidad y roles sociales (de madre, padre, hermana, hermano, abuela, abuelo, tía, tío…) sino también la privación de un proyecto de vida, de parte de nuestro futuro y también la desaparición de fuentes de apoyo emocional y económico.

En el duelo perinatal aparecen la mayoría de estas mismas dificultades pero en el contexto particular de la pérdida de un bebé durante el embarazo y poco después de nacer. 

A diferencia de la definición biológica del periodo perinatal, que se extiende desde la semana 22 del embarazo hasta 28 días de vida, el duelo perinatal abarca la pérdida en cualquier momento del embarazo, incluida la interrupción del embarazo por motivos médicos.

La intensidad de la experiencia de duelo tras la pérdida de un bebé puede variar mucho entre dolientes, pero es importante reconocer que este suele ser mucho más influido por la historia personal de la mujer y su pareja que por la edad gestacional del bebé.

Se puede leer más sobre reacciones emocionales y respuestas físicas tras la muerte de un bebé, la importancia del vínculo con el bebé en nuestra página sobre duelo perinatal.

Algunos puntos de comienzo para el apoyo tras una muerte perinatal

La muerte en sí nos desconcierta, no estamos muy acostumbrados a hablar de ella y la muerte de un bebé, incluso antes de nacer, parece lo más contradictorio de todo. Pero si tienes un hijo/a, hermano/a u otro familiar, un amigo/a o compañero/a de trabajo que ha pasado por la pérdida o muerte de un bebé durante el embarazo, ponte a su disposición: escúchalo y pregúntale cómo está, recuerda que los aniversarios son duros. Si el bebé tenía un nombre, úsalo sin miedo, y si no lo sabes, pregúntales, ellos te lo agradecerán. Si la vida es cosa de todos, también lo es la muerte.

Cosa que decir y no decir

Empatizar pero sin decir que entiendes su dolor si no has pasado por lo mismo.

No intentes buscar lo positivo de la muerte de un hijo o hija, y evita usar frases como 

  • Puedes tener otro hijo
  • Mejor ahora que más adelante
  • Fue la voluntad de Díos
  • Sé fuerte
  • No llores
  • Es la voluntad de Díos
  • Todo pasa por alguna razón, es el destino
  • No es el fin del mundo
  • Díos necesitaba otra flor en su jardín
  • Ahora tienes un angelito”
  • Ahora está en un lugar mejor
  • Al menos no llegaste a conocerle bien
  • Eres joven, ya tendrás más
  • Debes ser fuerte por tus hijos/esposo/familia, etc.
  • El tiempo lo cura todo
  • Ya le olvidarás

Aunque bien intencionados, estos comentarios pueden ser muy dolorosos ya que pueden entenderse como un intento de quitar importancia a los hechos y al vínculo con el bebé.

Tampoco ayuda presionar para pasar página, el duelo no es una cosa de unas semanas o meses, esta persona nunca va a olvidar a su bebé. Más que superar el duelo, se aprende a vivir con ello. 

Puede ser suficiente decir algo como «siento lo que te/os ha pasado». Si no sabes que decir, basta con decirlo. Solo pregúntale cómo está y escucha con paciencia y sin juzgar.

Si llegas a ver al bebé o te enseñan una fotografía del bebé, lo correcto es decir algo parecido a lo que dirías en el caso de que el bebé estuviera vivo: «es precioso», «se parece a su padre/madre/hermana/abuelo». 

Cosas que puedes hacer para apoyar o ayudar

Durante la estancia hospitalaria

Si eres un familiar o amigo/a cercano y has acudido al hospital o han solicitado tu presencia:

  • Ten en cuenta que es posible que no quieran ver a nadie o solo durante ratos muy cortos. Es muy importante respetar sus decisiones en estos momentos y dejarles claro que estás a su entera disposición para cuando lo quieran o necesiten.
  • Si te invitan a ver al bebé después del parto, obviamente es tu decisión hacerlo o no, pero ten en cuenta compartir este momento con el entorno cercano puede ayudarles con el duelo. Puedes leer más sobre en la página En el hospital.
  • Participar en ceremonias: si hay un funeral o bautismo, quizás los padres desean que estés presente.
  • Escuchar sin juzgar: es importante dar a la madre y su pareja la oportunidad de hablar del bebé y lo que ha pasado y de escucharles sin juzgar. A veces, el simple hecho de “acompañar” ya es suficiente. Si el bebé tenía un nombre, úsalo.
  • Ayudar con tareas prácticas: si te ves con fuerzas, puedes ayudar con cosas prácticas de las que muchas veces tiene que ocuparse su pareja, como acompañarle a rellenar los papeles necesarios para el alta o la autopsia, o cuidar a otros niños.
  • Aceptar el rechazo de ayuda: por último, que no te duela si tu oferta de ayuda es rechazada; a veces, el simple ofrecimiento es más importante que el acto.

Después del alta

Tras una muerte perinatal, es habitual que la madre y el padre tarden en recuperarse. Es normal que la parte más intensa del duelo dure varios meses y hasta un año o incluso más. Durante este tiempo, aconsejamos: 

  • Mantener el contacto: es normal que haya un cambio importante en la vida social de la familia durante bastante tiempo y que la madre y su pareja no quieran ver a mucha gente durante varias semanas o meses. Sin embargo, sigue llamando, escribiendo y, cuando quieran, hazles una visita.
  • Hablar del bebé: cuando hables del bebé, llámalo por su nombre. Es posible que tengan alguna foto o recuerdo de su bebé en su casa; no sientas que es macabro tenerlo a la vista. Puede ser una oportunidad de hablar del bebé y de hacer que la madre y su pareja sientan que está presente y es miembro de la familia.
  • Recordar del bebé en fechas importantes, tanto como el cumple años o aniversario del bebé, como fechas señaladas para la familia, ya sean fiestas importantes o fechas de importancia especial para la familia en general.
  • Expresar emociones: no tienes que ser “fuerte”; llorar también ayuda a ellos.
  • Tener paciencia con los sentimientos: es normal durante el duelo que la madre o su pareja sientan enfado o culpa y tengan días buenos y malos. Ten paciencia con ellos y no te preocupes si tienen momentos de intensificación del duelo.
  • Reconocer el sufrimiento del padre o madre no gestante: es común, aunque no siempre, que los padres oculten sus sentimientos, pero no pienses que sufren menos o que el bebé les importaba menos.
  • Ofrecer ayuda práctica con tareas cotidianas como hacer las compras, preparar comidas o cuidar a los otros nietos, si los hay.