El duelo perinatal afecta a una población mucho más amplia de lo que generalmente se piensa

El 15 de octubre de cada año se celebra el día internacional de la muerte perinatal con el propósito de concienciar sobre lo que significa la pérdida de un bebé durante el embarazo, el periodo neonatal o el primer año de vida, tanto para las mujeres como para sus parejas, familias y entorno cercano.

Se contempla la urgencia de sensibilizar a la sociedad sobre la necesidad de una mayor comprensión y apoyo en relación a todos los tipos de pérdida, con independencia del momento en que ocurren (primeras semanas del embarazo, tercer trimestre o después del parto) y de su naturaleza (interrupción del embarazo por motivos médicos, muerte espontánea intrauterina, complicaciones durante el parto, etc.). 

En España, estas pérdidas afectan cada año a entre 80.000 y 90.000 mujeres, a sus familias y a su entorno más cercano. Y cada una de estas pérdidas duele aunque varíen su significado, expresión e intensidad.

La pérdida de un bebé puede tener un impacto devastador en la vida de las mujeres, sus parejas y familias

Muchas madres y padres describen la pérdida de un bebé como la peor experiencia de su vida, pero a menudo el entorno sociofamiliar reacciona con silencio, incomodidad e indiferencia. Esta incoherencia duele y confunde, agravando y empeorando un sufrimiento que ya es inmensamente difícil.

Desde la perspectiva de una madre o un padre que acaba de perder a su bebé, estas respuestas les comunican que sus sentimientos no son válidos, que se les está arrebatando la identidad de madre y padre que ya habían asumido y, por tanto, que si ellos no son madres y padres, tampoco sus bebés son hijos e hijas. El efecto es restarle el derecho a estar en duelo y recibir apoyo. El duelo es un proceso normal y si el entorno ignora la muerte de un hijo o el propio duelo, le estará negando poder vivir con normalidad.

Incluso cuando una madre o padre no ha llegado a asimilar su maternidad o paternidad o la identidad de su bebé, la comprensión y el apoyo también son necesarios: no significa que duela menos. En cualquier situación, la pérdida de un bebé es un acontecimiento muy importante en la vida de una mujer, pero durante demasiado tiempo ha sido invisibilizado y estigmatizado considerándose como ‘cosas de mujeres’.

Las familiares y amigas/os suelen pensar que hablar sobre la muerte del bebé solo va a causar dolor, cuando en realidad, no hablar al respecto es lo que hiere

La muerte en sí nos desconcierta, no estamos muy acostumbrados a hablar de ella y la muerte de un bebé, incluso antes de nacer, parece lo más contradictorio de todo. Pero si tienes un hijo/a, hermano/a, u otro familiar, un amigo/a o compañero/a de trabajo que ha pasado por la pérdida o muerte de un bebé durante el embarazo, ponte a su disposición: escúchalo y pregúntale cómo está, recuerda que los aniversarios son duros. Si el bebé tenía un nombre, úsalo sin miedo, y si no lo sabes, pregúntales, ellos te lo agradecerán. Si la vida es cosa de todos, también lo es la muerte.

Aunque se diga con buenas intenciones, no ayuda presionar para pasar página, el duelo no es una cosa de unas semanas o meses, esta persona nunca va a olvidar a su bebé. Más que superar el duelo, se aprende a vivir con ello. Tampoco ayuda decir que las cosas pasan por algo y que es mejor así, que no se preocupe porque es joven o que puede intentar tener otro bebé. Si no sabes que decir, basta con decirlo. Solo pregúntale cómo está y escucha con paciencia y sin juzgar. 

Si necesitas orientación para apoyar, lee estas páginas web sobre el duelo perinatal y cómo apoyar a madres, padres y familias en duelo.

https://www.umamanita.es/duelo-perinatal/

https://www.umamanita.es/con-la-familia/