La producción de leche materna comienza en el momento en el que la placenta se separa del útero, independientemente del tipo de parto (vaginal o cesárea) o si el bebé nace con vida o sin ella. Unas 30–40 horas tras el parto y la expulsión de la placenta se produce un cambio en el estado hormonal de la mujer que favorece la lactancia (plétora o ‘subida de leche’), siempre y cuando el embarazo esté lo suficientemente avanzado.

En casos de pérdida intrauterina, interrupción voluntaria del embarazo o parto prematuro de un bebé con vida, normalmente, la subida de leche materna se produce a partir del segundo trimestre de gestación, aunque puede variar de una mujer a otra, y depende de cambios hormonales y de su estado emocional y físico.

En estas situaciones, nos encontramos con dos opciones: la continuación con la lactancia o su inhibición. Si se desea continuar con la lactancia, se puede hacer de forma indefinida o por poco tiempo.

En está página proporcionamos información sobre la toma de decisiones relacionadas con la subida de leche en el contexto de pérdida perinatal y los procesos de inhibir o continuar con la lactancia.

Decisión sobre la lactancia tras una pérdida perinatal

La decisión de inhibir o continuar con la lactancia después de una pérdida perinatal es una elección personal que cada mujer debería tomar considerando los siguientes aspectos:

  • Si la muerte ha ocurrido antes o después del parto.
  • Si el bebé ha nacido con vida, pero con pocas probabilidades de seguir con vida (cuando dar el pecho aún puede ser una posibilidad).
  • Si es la primera experiencia de lactancia para la madre.
  • Si continuar con la lactancia podría ofrecer algún beneficio para el proceso de duelo.
  • Si hay otros niños que estén siendo amamantados en ese momento.

Dependiendo del contexto particular de cada mujer, existen varias opciones para abordar la lactancia:

  • Inhibición farmacológica.
  • Inhibición fisiológica.
  • Continuar con la lactancia, con o sin un propósito concreto.

Incluso en casos en los que se opte por la inhibición farmacológica, es importante conocer las medidas de inhibición fisiológica.

Inhibición farmacológica de la lactancia tras una pérdida perinatal

Medicamentos como la cabergolina (Dostinex) o la bromocriptina (Parlodel) son agonistas de la dopamina que inhiben la producción de prolactina, la hormona responsable de la producción de leche materna.

Aunque ofrecemos información sobre medicamentos para la inhibición de la lactancia, es muy importante no tomarlos sin consultar previamente con su médico y entender las posibles contraindicaciones.

Cabergolina

Si la lactancia aún no se ha establecido, se administra una dosis única de 1 mg de cabergolina durante el primer día después del parto. En este caso, debería inhibir la secreción de leche materna en un periodo de 24 horas.

Si la lactancia ya se ha establecido, por ejemplo, en casos de muerte neonatal o cuando la madre decide continuar con la lactancia y posteriormente opta por inhibirla, se recomienda una dosis de 0,25 mg de cabergolina cada 12 horas durante 2 días (4 dosis). En este caso, el proceso puede tardar entre 3 y 4 días en hacer efecto.

La cabergolina inhibe la secreción de leche materna en el 75–80% de los casos y reduce la congestión y dolor en las mamas en 9 de cada 10 mujeres. Si la dosis inicial no es suficiente, puede ser necesario administrar dosis adicionales, según las indicaciones de su médico o matrona.

La cabergolina puede tener efectos secundarios en hasta un 16% de mujeres. Los más comunes son mareos, dolores de cabeza, náuseas o vómitos durante los primeros tres días después del tratamiento, y su intensidad puede variar según la dosis.

Bromocriptina

En cuanto a la bromocriptina, se necesitan 2 dosis diarias (de 2,5 mg) durante 14 días. Aunque tiene una eficacia similar a la cabergolina, la incidencia de efectos secundarios es mucho más alta (el 27% de mujeres sufren algún efecto adverso).

Contraindicaciones

En mujeres con hipertensión o preeclampsia, los agonistas de dopamina (como la cabergolina o la bromocriptina) deben usarse con precaución, ya que pueden aumentar la presión arterial y se asocian con hemorragia intracerebral. Esto no quiere decir que no se deban recetar, sino que es necesario realizar una valoración de riesgo-beneficio junto con el médico antes de tomar el fármaco.

Si la cabergolina está contraindicada, otra opción es la piridoxina (vitamina B6). Aunque la evidencia sobre su efectividad es limitada, parece ser mucho menos efectiva ya que solo funciona en un 35% de los casos, frente al 75–80% de efectividad de la cabergolina.

Inhibición fisiológica de la lactancia tras una pérdida perinatal (protocolo)

La inhibición fisiológica de la lactancia ocurre cuando la glándula mamaria se congestiona. Este proceso, conocido como ingurgitación mamaria, se caracteriza por la hinchazón del pecho que sucede cuando las mamas se llenan de leche y otros fluidos. Esto puede ocurrir durante los primeros días de la lactancia materna o incluso antes de comenzar a amamantar, debido a la falta de extracción de leche materna.

Aunque la ingurgitación estimula rápidamente la supresión de la leche, puede ir acompañada de dolor e incomodidad.

Para suprimir la leche y controlar el dolor, se recomienda:

Extracción manual o con sacaleches de la cantidad necesaria para aliviar la presión y las molestias, sin drenar completamente el pecho. De esta manera, la lactancia se inhibe de forma gradual, reduciendo cada día la cantidad de leche extraída y espaciando las extracciones hasta que no haya molestias.

La frecuencia y duración de la extracción varían entre mujeres, dependiendo de la cantidad de leche que produzcan, la frecuencia de las extracciones y el tiempo transcurrido desde el parto. Para evitar drenar el pecho, se recomienda dejar de extraer leche cuando el pecho ya no esté duro y el dolor se haya aliviado

Si se extrae leche de manera excesiva, podríamos estimular más el pecho y conseguir el efecto contrario, es decir, producir más leche. Por otra parte, dejar de extraerse la leche de manera repentina, puede causar una obstrucción en los conductos lácteos o una infección mamaria.

No se recomienda vendar los pechos. Se aconseja utilizar un sujetador cómodo que brinde soporte al pecho sin restringir la circulación sanguínea.

Una guía orientativa para la extracción de la leche sería:

  • Día 1: extracción durante 5 minutos cada 4–5 horas
  • Día 2: extracción durante 3-5 minutos cada 6 horas
  • Día 3: extracción hasta aliviar la molestia

Este breve video de LactApp explica el método de inhibición mediante presión e inversión suave para la extracción de leche.

Las duchas calientes pueden ayudar a estimular la salida de leche y a reducir la presión y las molestias. También se recomienda el uso de hielo o antiinflamatorios, como el ibuprofeno.

Es normal sentir un poco de dolor en el útero y tener algo de sangrado cuando estás sacando leche. Esto pasa porque se libera una hormona llamada oxitocina durante este proceso. También es común que, después de dejar la lactancia, sigan saliendo algunas gotas de leche por sí solas durante varias semanas o incluso meses.

No hay suficiente evidencia científica que compruebe la efectividad de infusiones de salvia, menta o té de jazmín para inhibir la lactancia. A pesar de esto, siguen siendo relativamente populares para este fin. También se recomienda reducir el consumo de sal durante este proceso, ya que un exceso de sal puede provocar retención de líquidos.

Es importante destacar que la evidencia señala que entre el 29 % y el 68 % de las mujeres que optan por la inhibición fisiológica experimentan dolor moderado, y entre el 10 % y el 49 % sufren dolor severo.

Consulte la sección más abajo para pautas sobre el confort y la gestión del dolor físico durante la lactancia o el proceso de inhibición.

Continuar con la lactancia tras una pérdida perinatal durante un tiempo corto o prolongado

Algunas mujeres deciden seguir lactando, ya sea por poco o mucho tiempo, con o sin un motivo específico. Las razones para hacerlo pueden ser varias, como las que se mencionan a continuación:

  • Preferir la inhibición fisiológica paulatina en lugar de tomar medicamentos.
  • Sentirse cerca de su bebé.
  • Sentir que su cuerpo funciona como se espera, lo que puede ayudar a reducir sentimientos de fracaso y culpa.
  • Sentir que su bebé está ayudando a otros bebés (mediante la donación de leche). 
  • Crear recuerdos positivos relacionados con la pérdida.

Para algunas mujeres, seguir lactando después de una pérdida puede ser una forma de acompañar el proceso de duelo. Sin embargo, es una decisión muy personal y no todas las mujeres lo viven de la misma manera.

Donación de leche materna tras una pérdida perinatal

Después de una pérdida perinatal, algunas mujeres eligen seguir lactando para poder donar la leche a un banco de leche.

Es una práctica segura que se realiza en muchos países, por lo que la pérdida de un bebé no impide donar leche. En España, varios bancos de leche aceptan donaciones en este caso, aunque, lamentablemente, algunos todavía no están completamente abiertos a ello.

¿Durante cuánto tiempo se puede ser donante o continuar con la extracción?

Después de la pérdida de un bebé, la donación de leche es posible mientras la lactancia continúe, y por el tiempo que cada mujer decida.

Si quieres más información sobre la donación de leche, recomendamos este artículo: Donación de leche materna tras la muerte perinatal y la situación en España.

También puedes visitar la página de la Asociación Española de Bancos de leche Humana

Extracción de la leche para otros propósitos

La extracción de leche puede hacerse con o sin un fin específico, y es una decisión totalmente personal. Algunas razones para hacerlo incluyen:

Gestión de dolor durante la lactancia tras una pérdida perinatal

Para aliviar el dolor, se recomienda usar analgésicos o antiinflamatorios (si es necesario), tomar duchas calientes antes de la extracción y aplicar frío con compresas, geles o incluso hojas de col después de la extracción.

En cuanto al uso de frío, se recomienda aplicarse una bolsa de hielo por períodos de 15 a 20 minutos, al menos 4 veces al día, o según sea necesario. Colocando un paño entre el hielo y la piel, evitando aplicarlo en los pezones.

Apoyo y lectura recomendada

Si tienes dificultades con la lactancia después de la pérdida, es recomendable que consultes a tu matrona o a una asesora de lactancia especializada.

También puedes escribirnos a info@umamanita.es y haremos todo lo posible para ayudarte.

Te recomendamos el libro Madres también de Olaya Rubio, que trata sobre la lactancia después de una pérdida. Puedes leer más sobre este libro en nuestra página de libros recomendados

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