Carta a Miren

Querida Miren:

¡Qué rápido pasa el tiempo! Parece que fue ayer cuando fuimos al gine y nos dijo que eras una niña. No sabes qué ilusión me hizo, pequeña.

Parece que fue ayer cuando noté tus tres primeras pataditas en mi tripa. Era sábado y estabas protestando porque estaba sentada, inclinada hacia delante para oír mejor lo que decían mis amigas y no te dejaba sitio.

Poco después una ecografía nos decía lo tímida que eras, ¡cómo te tapabas la cara con tus manitas!

Todas las noches, papá te daba calor poniendo sus manos en mi tripa y siempre le regalabas un golpecito para decirle que te gustaba. ¡No sabes lo contento que se ponía!

Como se acercaba el día de conocernos, papá y yo habíamos preparado tu habitación con un armario nuevo para que entraran todas tus cositas y una cuna preciosa. Teníamos muchas ganas deverte.

Pero llegó un día en que ya no tenías mucho sitio dentro de mí y que ya no respondías al calor de papá ni a mis caricias. Tu corazón dejó de latir, te dejé de sentir.

Fue el sábado 22 de Enero de 2011. Eran las 8:15 de una mañana soleada. Te tuvimos en brazos y te vimos las paticas, esas que papa se iba a comer a besos. Eras muy bonita y descansabas en paz.

Hemos pasado 38 semanas juntas, ocho meses y medio que nunca olvidaremos. Ahora eres una estrella del cielo que sé que nos guiará en nuestro camino. Cuídate mucho.

Te quiero.

Mamá.

Usoa Anglade