CURRO

Mi bebé tenía 40 semanas y 2 días.

Había tenido un buen embarazo hasta los 8 meses, donde me dieron bajadas de azúcar y alguna subida de tensión, todo aparentemente iba perfecto. De hecho días antes de lo ocurrido había ido a mi última revisión. Salimos de allí tan felices… deseosos de ver su carita, de sentirlo en nuestros brazos, de darle tanto amor que teníamos guardado solo para Curro…

Estaba feliz, ilusionada, emocionada, deseosa… Mi hermana, que tenía 9 días de embarazo más que yo, y yo, estábamos compartiéndolo todo. Incluso compramos todo igual a los mellis, como llamábamos a nuestros bebés. Iban a ser como hermanos… Todo era para los dos… Ahora Leo tiene un mes y 5 días y nunca se conocerán…

Cumplía el 11 de marzo y el día 12 me desperté estraña. Curro se había movido poco, aunque pensé que solía moverse más de noche. Durante la cena sentí una horrible sensación y mi preocupación aumentaba por instantes. Comí más pero no sentía nada.

Mi marido y yo nos fuimos al hospital. Yo me temía que algo pasaba… Cuando entré en maternidad y me hicieron la eco estaba tan angustiada por lo que me fuera a decir… Me cambió de ecografo… Uf…, algo va mal.

“… donde está el padre… Que pase. Mira… A su bebé se le ha parado el corazoncito…”. Las palabras más dolorosas que he oído a mis 33 años. Que dolor, que desgarro,que tristeza, que pena, que cosa tan grande… Lloramos cómo locos. Nuestro niño había fallecido dentro de mí. Lo que más quería en este mundo había fallecido. Había tanto amor en mí para él, en nosotros.

Me explicaron que iban a inducirme el parto. Me quedé en shock. Tenía que parirlo aún sabiendo que no volvería a casa con nosotros.

Me subieron a la habitación y al otro día empezaron a darme pastillas. Me explicaron y recomendaron que hacer…mientras, tú intentas asimilar lo que os está pasando.

El procedimiento es traumático. Te suben a maternidad y aunque estés sola en la habitación o con otro aborto como lo llaman ellos, ves y escuchas a mamás y bebés constantemente. Eso te hace sentir que has fracasado como madre… Ellos ejemplo de vida, tú, sabes que traes muerte. Te preguntas por qué una y otra vez… Habré hecho esto, no habré hecho lo otro, hice algo mal, si hubiera venido antes… Mil preguntas sin respuesta. Y allí sigues con tu dolor, con tu pena… Llorando a mares, sin saber que hacer, que decir… Sin saber nada. Solo que tú bebé ya no estar.

Sobre el medio día o así comencé a dilatar y a las 4 y 20 de la mañana del día 14 de marzo de este año nació y murió mi Curro. Era perfecto. Su naricilla, su boquita, su hoyito en la barbilla, sus mofletes, su morenito, sus manos grandes, sus piececillos… Él era perfecto para mí. Lo tuve en mis brazos, lo besé y acaricié aunque ahora pienso que fue poco. Estaba nerviosa, angustiada y con el dolor y la pena más grande que alguien pueda sentir. Y ya está… esa ha sido la primera, única y última vez que lo veré… Que lo sentiré.

Ha sido la peor experiencia de mi vida. Además del terrible dolor físico que conlleva un parto también me fui vacía, sola, con un increíble dolor en mi corazón que no se ni como explicar.

Incineramos a Curro el día 16 y está con nosotros, siempre estará con nosotros. Con él se fueron las ilusiones y la alegría que supuestamente deberíamos estar sintiendo. Nos dejó el vacío más grande que yo haya podido esperimentar. Nos dejó rotos, desolados, solos… Llenos de recuerdos ficticios que no sabes como gestionar. Llenos de dolor, rabia, pena, importencia, miedos, inseguridades… Llenos de amor sin saber que hacer con el. Vacíos de vida, de ganas, de ilusiones…

Siempre me ha dado un miedo especial el embarazo ya que a una prima mía hace 11 años, si no recuerdo mal, se le murió su hijo, Hugo, tras 8 horas de vida. Eso me impactó tanto que me costó mucho quedarme embarazada por el miedo que sentía. Ahora mis miedos son mayores.

Nada ni nadie podrá aliviar este dolor, esta tristeza, esta pena, NUNCA. Nada ni nadie podrá sustituir a Curro, NUNCA. Somos jóvenes sí… Pero aún siendo jóvenes hemos perdido un hijo, querido y deseado por todos. Y tendremos que aprender a vivir con ello, aunque sea duro, aunque te sientas rota y vacía por dentro.

Mi bebé estrella siempre será mi hijo, mi primer hijo. Por ahora mi único hijo, como siempre dije. Espero en un futuro tener un bebé arcoiris y hablarle de su hermano al que tanto amor nos quedo por dar.

Siempre CURRO.