Soy María, y me gustaría escribir mi experiencia ahora que puedo, pues hubo un tiempo que vuestros testimonios me hicieron bien
Mi hija Elena nos dejo un 7 de febrero del 2019… unos cuatro días antes me puse mala, cansada y sin fuerza para nada, fui al hospital y me dijeron que estaba todo bien y descansara. Volví a casa, en un par de días estaba mucho mejor pero me di cuenta que no sentía a mi niña, venga a comer chocolate, venga a moverme y nada. Decidí subir al hospital, aunque pensaba que estaba obsesionada pues subí 4 días antes y estaba todo bien. Llegue al hospital, y correas para un lado correas para otro, eso no era normal estaba de 35 semanas no era muy difícil encontrarla, llegó la ginecóloga con la eco y …. las palabras que jamas olvidare, no encontramos latido. El mundo se viene al suelo, toda las ilusiones se transforman en pesadillas. La doctora con mucha empatía me explica todo el proceso a seguir y me aconseja que lo mejor es inducir el parto natural. Yo no quería, solo quería dormirme y levantarme cuando todo hubiera pasado. Finalmente di a luz una madrugada del 8 de febrero, a una niña morenita y gordita, con una carita preciosa. Ya sabéis que ese es el otro peor momento
El hospital se porto muy bien, tuvieron un protocolo muy bueno y estuvieron todos pendiente y aconsejando que debía de hacer, le hice caso en todo menos en una cosa.
No quería estar casi con mi hija, en ese momento me producía tanto dolor que creía que cuanto menos estuviera con ella Menos me dolería, pero me ayudaron a que estuviera con ella me vendría bien para superar el duelo y de verdad que fe asi. Ellos y mi marido me dijeron de tener una foto de ella y me negué no quise, y me arrepentiré toda la vida.
El entierro, la familia y la vuelta a casa con las manos vacías son otras de las malas sensaciones que siempre están ahí. Y el porqué, eso nunca se va, porque paso, que paso, que pude hacer mal, me he golpeado, que he comido. Ahí, en esos momentos que la cabeza va a 100 pero no encuentras nada, por ahí tmb pasamos.
Por desgracia, en mi caso no se encontró nada de nada ni en la necropsia, ni en mis pruebas, el resultado fue falta grave de oxígeno, pero no se sabe porque…algo que me inquieto pues quería volver a intentarlo y quería estar prevenida
Todos los meses de después fueron muy duros, tengo otro hijo que fue quien me ayudo a seguir con alegría, ni antes ni ahora hay día que no la recuerde pero es verdad que poco a poco se recuerda con menos dolor.
Lo que me paso con mi hija no me quito las ganas de tener más hijos por el contrario me sentía preparada desde muy temprano para volver a intentarlo, espere 3 meses que me aconsejo la ginecóloga y justo me quede. El embarazo no lo pase bien, pues iba con el freno y no me dejaba ilusionar mucho. Y también tuve miedo, me controlaba pero cuando llegaba a las ecografías no podía y siempre lloraba, Tuve muchas revisiones, que me calmaban a la vez, pero cuánto iba cumpliendo semanas y se acercaban las treintaitantas mis miedos iban a más, y decidieron provocarme el parto a las 37 semanas, un 25 de febrero del 2020, fue un parto rápido y bonito, donde di a luz a mi otra hija también morena y guapa. También dio las gracias a la ginecóloga y matrona que me atendieron en el hospital de Jaen, mejor imposible.
Por desgracia nos pillo la pandemia y ha sido una niña que no la han podido disfrutar mucho la familia y sus primeros meses los vivimos como todos encerrados, aún así nos lleno de alegría y ahora que ya anda y parlotea esta para comersela
Lo positivo que saco de mi desgracia es que las malas cosas están dentro de la vida, que a nosotros nos ha tocado esto y a otros otra cosa y que no puedo perder la esperanza en ilusionarme, que aunque he pasado la etapa de estar enfada con el mundo ahora siento más empatía por el dolor ajeno y disfruto más de lo sencillo. Eso si, todos los días me acuerdo de mi Elena, de cómo sería, que ya tendría dos años y como hubiera sido los 3 hermanos juntos.
Un beso a mi mayor Estrella y otro para los vuestros