Nuestra estrella latente

Somos Iuliana & Javier,

Nuestro bebe ha nacido en el Hospital Universitario De Fuenlabrada el día 31 de enero 2022, con 4 meses y en el mismo día subió al cielo. Fue un parto natural, una semana de lucha por una rotura de bolsa de liquido amniótico.

Queremos compartir con todos ustedes un cuento escrito por nosotros. Como madre, me gustaría transmitir a otras madres y padres que la perdida de un hijo (independiente de la edad), es un vacío que nunca se volverá a llenar, que no hay preguntas correctas ni respuestas que valgan en estas situaciones, tampoco hay palabras dé consuelo pero si, creo que podemos y debemos de seguir adelante, sanar las heridas, volver a confiar en el proceso de la vida y nunca jamás perder la fe. Un abrazo sincero de una madre, para otr@s madres/ padres.

Nuestra estrella latente

Había una vez una pareja muy feliz que tenía un deseo tan grande, tan grande, que llegaba hasta al Sol.
Un día, el deseo de ser padres se convirtió en realidad y la alegría, el amor y la ilusión crecía día tras día en sus corazones y su hogar. Durante cuatro meses, la atención de la pareja se centró en una sola frase “una nueva vida está por llegar”.

Pero una noche de invierno, alguien toco a la puerta. Era la incertidumbre acompañada por la negación y el dolor. Venían a darles una mala noticia: Las cosas se complicaron y el alma que estaban esperando, pronto pondría fin a su viaje.

¡La mujer rápidamente cerró la puerta a la negación, no quería aceptar esa aterradora noticia! Pero la negación se negó a irse y permaneció esperando en la puerta.

El hombre sacudió de los hombros a la incertidumbre y le suplico que le diga que en unos días todo iba a estar bien, que solo necesitaban un poco más de tiempo para que el niño que estaban esperando esté fuera de cualquier peligro, pero la incertidumbre se negó a darle una repuesta.

Entonces el dolor, abrió sus brazos para acoger a la pareja durante varios días, mientras el corazón del niño seguía latiendo.

La tristeza que sentían apenas la podían soportar, pero en esos momentos bajo la apariencia de dos personas llegaron dos ángeles, la matrona Alba y la ginecóloga Silvia, abrieron las alas y sujetaron durante todo el proceso a la querida pareja para que aun pudieran permanecer fuertes y unidos hasta al final.

Y así sucedió, después de una dolorosa semana, el niño nació y los dos ángeles: Alba y Silvia sacudieron sus alas muy fuerte y de un chispazo el niño subió al cielo y se convirtió en la estrella más latente y brillante que jamás existió.